viernes, 30 de septiembre de 2011

Recordando el golpe contra Juan Bosch

Septiembre parece ser el mes de los golpes de estado en nuestra América.  Muchos conocen el dramático evento que derrocó y mató al primer presidente marxista electo por el pueblo, Salvador Allende, en el Palacio de La Moneda de Santiago Chile.  Pero antes de ese 11 de septiembre de 1973, hubo un 25 de septiembre de 1963.  Diez años antes del golpe de estado chileno Juan Bosch era derrocado en la hermana República Dominicana. 

Bosch era un social demócrata que aspiraba a transformar al país a través de profundas reformas sociales en los campos de la salud, agricultura, educación y vivienda, entre otros. Su prédica ‘progresista’ chocaba contra los intereses de la élite conservadora y  los empresarios que olían en cada inversión social el perfume del comunismo.  

Juan Bosch perteneció a esa camada de políticos intelectuales que en las décadas de los 50 y 60 se convirtieron en protagonistas en sus propios países.  Cabe nombrar al historiador Eric Williams de Trinidad como ejemplo de esto. Fue el poeta y gobernador Luis Muñoz Marín quien primero recibió a Bosch tras su exilio.  Tambien fue el poeta Juan Balaguer quien eventualmente se convirtió en el Nuevo Presidente de la República Dominicana tras el exilio de Bosch.  Balaguer había sido vicepresidente durante el régimen del dictador Leonidas Trujillo.

El golpe contra Juan Bosch, apoyado por Estados Unidos, profundizo las ya marcadas diferencias que existían en la política dominicana.  Hubo quienes, fusil en mano, organizaron un movimiento revolucionario para ‘devolver’ a Juan Bosch al poder. Sin embargo, el apoyo de los EEUU y la unidad de la oligarquía en contra de Bosch convirtió estos esfuerzos en quimera.  A cuarenta y ocho años del golpe, reflexionemos sobre el estado de la democracia en nuestro Caribe contemporáneo.


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