viernes, 30 de septiembre de 2011

Contra la impunidad y el olvido: “Baby Doc” Duvalier y los Derechos Humanos

El pasado jueves 22 de septiembre, Amnistía Internacional presentó un informe sobre las violaciones de los derechos humanos durante el mandato de Jean Claude “Baby Doc” Duvalier, hijo del temible dictador François Duvalier, conocido como “Papa Doc”. De treinta y cuatro páginas, el informe de Amnistía Internacional, “No puedes matar la verdad: el caso contra Jean Claude Duvalier”, es un documento obligado en la lucha por la justicia, contra la impunidad, y por la memoria histórica en toda la región del Caribe y el mundo.  Consta de seis partes y presenta una sinopsis histórica de la violenta trayectoria por parte del estado haitiano durante su mandato.

Además, el informe relata alrededor de 20 casos que demuestran la crueldad del régimen. Torturas, encarcelamientos, asesinatos y otros crímenes de lesa humanidad evidencian la violencia sistemática perpetuada durante los años duvalieristas. El régimen de Jean Claude Duvalier duró 19 años, de 1971 a 1980, cuando el tirano escapó de Haití, luego del desarrollo de revueltas populares que exigían justicia.  La presentación del informe estuvo a punto de ser cancelada debido a las interrupciones y protestas orquestadas por abogados y seguidores de Baby Doc.

Luego de 25 años de exilio en Francia, la llegada de Duvalier el pasado enero creó otro sismo político y profundizo heridas aún muy abiertas en Haití.  Apenas unos meses después del terremoto más desastroso de la historia en la región, y cerca de celebrarse las elecciones presidenciales, Duvalier llegó a la república caribeña con intenciones de quedarse. Las reacciones no se hicieron esperar.

Inmediatamente el gobierno haitiano le acusó de malversación de fondos y de posible complicidad con violaciones de derechos humanos, pero no de ser responsable directo de las mismas. Si da terror la presencia de un tirano más terror da la indiferencia e impunidad ante la misma. Dado que la mayoría de las energías se concentran en los trabajos de refugio, reconstrucción y solidaridad con el pueblo haitiano tras el desastre sísmico, había peligro de que la presencia del ex dictador pasara sin mucho alboroto. Pero la memoria y resistencia política de las víctimas y la plataforma del derecho internacional basada en el discurso de los derechos humanos, permite un espacio de lucha que puede activarse en coyunturas como estas.

Este es un caso importante en donde organizaciones internacionales como Amnistía Internacional pueden jugar un rol crucial en el desmantelamiento de la impunidad perpetuada por los aparatos represivos del estado. Víctima del colonialismo, el racismo, y el castigo histórico por ser la primera república de Latinoamérica, producto de una revolución liderada y ejecutada por esclavos contra una metrópolis europea y blanca, el pueblo haitiano merece justicia ya.

La historia de Haití, con todas sus luchas, dictaduras, injusticias y desigualdades, demuestra que la noción de “desastres naturales” cuando nos referimos a las muertes y destrucción sufrida por humanos durante huracanes, terremotos, tormentas, maremotos, u otra gran fuerza de la naturaleza, no son tal. Las razones principales de las tragedias humanas tras esos sucesos son, en la mayoría de los casos, producto de la desigualdad, la pobreza, el racismo, la exclusión, el colonialismo, en fin, la injusticia social, en este caso perpetuada durante ya más de dos siglos de historia.  El informe de Amnistía Internacional, presenta una parte de este cruel desarrollo en la primera república negra del mundo.  Lograr la justicia en Haití simboliza el respeto a la búsqueda y lucha constante por la libertad humana.






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